RELATO Nº 2 : "El Alfiler"
Teresa vació el escaso y pobre contenido del joyero en el interior de su bolso, y el joyero en cuestión fue lanzado a la bolsa de basura. Al fin y al cabo era un simple estuche de tela, viejo y roñoso. Yo, sin ganas de protestar, le dejé hacer. Teresa, tras echar a la bolsa de basura varios pares de zapatos, salió hacia el comedor. Fue en ese instante en el que en un tris-tras, revolví en la basura hasta dar con el joyero y esconderlo apresuradamente en mi bolso. Tal y como si acabase de cometer un autentico robo. No era esa la razón por la que obré tan sigilosamente, sino por la certeza de que Teresa no entendería mi deseo de apropiarme de aquel objeto ajado.
Mercedes Gimeno no hacía ni tres días que había muerto y nosotras ya estábamos borrando su huella en la humilde casa. Tras una hora más de limpieza de armarios, dimos por terminado el asunto. Antes de irnos nos acercamos a Inocencio, que como solía ser, fumaba su pipa en el patio. Alzando la voz porque estaba algo sordo Teresa le dijo:
- Padre... la cena la tiene preparada encima del fogón… en la nevera le hemos dejado comida para dos días. Padre, recuerde: Luisa vendrá los viernes y yo los lunes.
Inocencio asintió y sin exteriorizar demasiados sentimientos, nos vio marchar tras recibir un par de besos.
-
continuará (pendiente de publicar)
Este relato va dedicado a todas esas personas, recuerdos y objetos que nos
acompañan durante toda la vida y nos dan fuerzas para seguir adelante. |
Comentarios
Publicar un comentario