Relato 12: Secretos del Mas Allá.
“Secretos del Más Allá”.-
Para evitar ser tachad@ como loc@, o mentiros@, sabes que lo mejor es NO contar
ciertas cosas que pasan… “cosas” que rayan la ciencia ficción, aunque tu
sepas que son reales. Todos y todas hemos aprendido desde la infancia, que ciertos
sucesos no se pueden contar, porque si lo haces, la gente te mira
sospechosamente, para acto seguido etiquetarte con uno de esos dos apodos y nunca más, pero nunca más, volverte a tomar en serio.
No. No exagero, los
humanos somos ciertamente peculiares. Tanto que solemos hablar con indiferencia y normalidad de la guerra, el hambre, la injusticia.... que nos rodea, y en cambio vemos como algo “anormal” que alguien hable con esa misma naturalidad de temas
relacionados con “…el más allá”.
Sabéis perfectamente que uno, una, puede contarle a un conocido que se ha puesto en el
bolso dos pares de bragas en “el mercadillo” y se ha ido sin pagar… la gente se
ríe, sigue siendo tu amiga, y lo más importante, sigue confiando en ti. Uno, una, cuenta que le ha dado un golpe a
otro coche aparcando y ha salido pitando sin dejar ni una simple nota, y la
gente lo comprende… incluso sigue confiando en ti. Uno, una, comenta que ayer
se le fue la mano y le dio un bofetón a la pareja, y la mayoría contesta que
eso puede pasar en un calentón… y siguen confiando en esa persona. Pero uno, una, no puede decir que ha tenido un encuentro con “el mas allá”… vamos, que ha estado de charla con un fantasma…
Es comentar algo parecido y pierdes tu credibilidad para el resto de tu vida. Si, no exagero.De-tu-vida. Desde ese mismo instante hueles a “muerto-a” (y nunca mejor dicho). Tanto que las amistades te esquivan preguntándose si eres una loca que confunde la ciencia ficción con la realidad, o algo peor, una mentirosa con afán de protagonismo. Y, ante ambos tipos de persona, lo mejor es poner distancia.
A pesar de ello, y como tengo cierto instinto camicace, estoy
dispuesta a hablar del tema. Sin complejos.
La primera vez que oí hablar de un encuentro con alguien del mas allá, fue
un día en que siendo yo muy pequeña, mi abuela me llevó al velatorio de un vecino.
Antes que nada tenéis que tener en cuenta que eran otros tiempos, los muertos
se morían en su casa, en su cama, mientras los familiares se ocupaban de
disponer de suficientes sillas para dar la bienvenida a vecinos, familiares y allegados,
que los visitaban con el ánimo de dar el pésame y de paso, examinar al reciente
difunto. Quizás por eso, la gente, en aquella atmósfera, (con “fiambre” incluido) era más propensa a contar ciertos episodios.
Como os iba diciendo, en ese velatorio oí cómo la reciente viuda confesaba entre hipos, lloros y desesperación:
Como os iba diciendo, en ese velatorio oí cómo la reciente viuda confesaba entre hipos, lloros y desesperación:
“… pues mi Tomas, como sabéis, llevaba más de un año encontrándose mal… cada día iba a peor y no le hayábamos la razón… hace unos dias me confesó que llevaba tiempo viendo cómo una mujer vestida de blanco se paseaba por la noche por los pasillos y cuartos de la casa, hasta detenerse en nuestro dormitorio, al lado de la cama. Alli se estaba un rato y luego desaparecía. Como es normal yo no le creí… ¡cómo iba a creerlo!... pero va y ayer mismo, me mandó llevar el reloj que tenemos en el comedor hasta su dormitorio, pidiéndome que se lo pusiera encima de su mesita, porque, dijo, la mujer de blanco esa noche, a las 2 de la madrugada, iría a verlo, esta vez para llevárselo… Como comprenderéis no pude evitar contárselo al médico… don Joaquin me contestó que no hiciese caso, serían desvaríos por la fiebre, pero como Tomás insistía con lo del reloj, terminé accediendo… Le puse el reloj del comedor en la mesita, aunque antes le retrasé las manecillas media hora, para ver si eran inventos de él para tenerme asustada, si era producto de la fiebre como decía el doctor, o si era de verdad que vagaba por la casa una mujer de blanco que sólo él veía… ¡ay señor!… (hipos, lagrimas, mocos y un pañuelo) …. veréis… después de ponerle el reloj en la mesita me quede sentada a su lado, claro está sin poder pegar ojo, esperando la llegada de “ella” mientras rezaba "al santo cristo del calvario"… Se iba acercando la hora y esa mujer no aparecía… o yo no la veía… Pero en eso que mi Tomas sobre la 1 y media de la madrugada se empieza a poner malito… ¡pero malito de veras!... y me dice algo así como… “Ay Pepita, que la mujer de blanco ha llegado media hora antes, y me dice que ya me tengo que ir…”…. Os podéis imaginar mi susto. Busque con la vista y no vi nada... y mientras tanto el Tomas cada vez mas malo… hasta que de pronto lanza un suspiro y así, así, va y se me muere…. ayyy, ayyy pobre de mi Tomás… ni se enteró… como un pajarito se quedó… ya os lo podéis imaginar… entre el disgusto por su muerte y saber que por mi casa ronda una mujer vestida de blanco que va señalando la hora en que uno se tiene que morir.... ¡el cuerpo no se me arregla ni con tila, ni con “Agua del Carmen”!
Callando la viuda se hizo un silencio que se
podía cortar con el cuchillo. Todo el mundo miró de reojo y con sigilo, para
delante, para un lado, para el otro, y para atrás. A los pocos minutos despejaron la mayoría
con prisa y excusas: que si había que hacer la cena, que si había que cambiar
el pañal al chiquillo, que si esto y
aquello… Normal. Es lo que la mayoría harían tras oír esa historia: salir
pitando no fuera que aquella mujer de
blanco visitase de nuevo la casa, y no estando ya el Tomas, eligiese a otro
parroquiano al que hacerle una visita.
Lo lamentable del caso no es eso. Si no
que pasado el funeral muchos se preguntaron si la historia de la dama blanca
que contaba la Pepita ,
una y otra vez, atormentada, sería cierta. ¿Y si la Pepita se había vuelto
loca? O aún peor… ¿Y si mentía con alguna oscura intención? ¿Cómo habrían sido
en verdad los últimos días de Tomas? …. Aquellas dudas eran terribles. ¿Quién confía
en alguien así? ¿Quién le respeta?... Poco a poco Pepita se vio inmersa en
una especie de discreta “exclusión-social”, alejándose por un buen tiempo de ella, amigos, vecinos, y los pocos familiares que le quedaban…
Así las cosas no es de
extrañar que tuviera que pasar un lustro, para que yo volviera a oir hablar a alguien, de encuentros con el mas allá.
Fue una tarde en la que
al salir del colegio, fui a buscar a mi amiga Teresa, la cual había faltado todo el
día a clase. En su casa encontré caras largas, y ojos embotados por el
contenido llanto. Los “mayores” me
ignoraron completamente. En cambio su hermano pequeño me dijo que su hermana estaba
castigada en su habitación por mentirosa, y yo, entre aquel revuelo de casa, me colé
por el pasillo.
Di dos golpes en su puerta y le dije con voz baja: Teresa, abre, que soy yo…
Di dos golpes en su puerta y le dije con voz baja: Teresa, abre, que soy yo…
Todas las preguntas que
tenía en mente se quedaron bloqueadas en la punta de la lengua en cuanto le vi
los ojos agotados de tanta lágrima… ¡¿pero qué mentira horrible había dicho mi
amiga para estar así?! Teresa esquivó mi
mirada echándose sobre la cama, ocultando el rostro, balbuceando un entrecortado:
- Miiii-miiii-ti-tio-T-Toooni-hag-hag-ha-mu-muer-to...
- Miiii-miiii-ti-tio-T-Toooni-hag-hag-ha-mu-muer-to...
Toni…muerto.... - me repetí mientras
recordaba aquel chico alto, guapo,
fuerte, que hacía pocos meses se había ido a la mili. Teresita continuaba
entre hipos, lágrimas y mocos:
- …. Se le ha disparado
un arma, mientras la limpiaba... ha muerto,
muerto, muerto…. - esa palabra nos golpeaba a las dos con una fuerza brutal. Reuní
fuerzas para preguntar:
… entonces… ¿no estás castigada por mentirosa???
Teresita me gritó,
rebelde y culpable a la vez:
- Noooooo. ¡Estoy
castigada porque he visto algo que nadie cree… por eso dicen que soy una
mentirosa… pero tú sabes que no lo soy… que
nunca digo mentiras!
- No, nunca lo has
hecho… – le contesté alarmada por su estado, Teresa prosiguió, esta vez bajando
el tono, como si estuviese a punto de desvelarme un terrible secreto.
- Sucedió ayer por la noche, aquí, en mi cuarto…
me desperté porque noté un beso en la frente…y al abrir los ojos… le vi aqui,
de pie… era mi tío Toni… como no iba vestido de soldado le pregunté si había
venido de permiso… afirmó con la cabeza y me volvió a besar, a este lado
de la frente… me miró muy dulce, nunca me había mirado de aquella manera… me
dijo que nos quería… si, recuerdo que dijo que “nos” quería… yo, iba a levantarme pero me lo impidió un intenso sueño… me dormí
de nuevo, mirando como él me sonreía… esta mañana al levantarme le he
preguntado a mi madre si al salir del colegio podía ir a casa de la abuela a
ver al tío Toni que había venido de permiso… pero mi madre tenía los ojos rojos
y la cara blanca, blanca como un fantasma… al escucharme se me ha quedado
mirando muy rara… para gritarme “¡pero
qué dices niña!”, y yo le he dicho todo lo que te acabo de contar a ti… ¡entonces
me ha dado un bofetón!… así, sin avisar… mi madre… acusándome de mala y mentirosa…
por inventarme cosas para hacerla sufrir: el tío Toni no había podido venir a
verme porque murió ayer mismo por la noche, en el cuartel… a una hora
aproximada a la que yo dije que vino a casa… esa es la razón por la que me han
encerrado en la habitación… castigada… sin poder salir hasta que “todo esto pase”… mi madre no me habla, y
mi padre me ha ordenado que no lo cuente
a nadie… porque nadie me va a creer… y todos, todos. me miraran mal… y no me
hablaran nunca más, por mentirosa, loca y mala… pero yo es que lo vi… ¡vi a mi tío!...
aqui de pie…como tú estas ahora… noté sus dos
besos, aquí, en la frente… porque mi tío Toni era mi padrino… y me quería mucho… bueno,
“nos” quería… o eso es lo que ayer me dijo…y yo ¡yo nunca me inventaría algo así de él!… ¿tú me crees verdad?… - me miró con
desesperación - … tu sabes que yo no soy mentirosa…ni estoy loca... - se cubrió la cara con las manos, luego dió un salto hasta quedarse pegada a mi lado, para susurrarme: .... chisss, tienes que guardarme
este secreto… ¡no puedes decírselo a nadie!…
me lo han hecho prometer… sobre todo, si, sobre todo, no se ha de enterar mi abuela… la pobre ya tiene bastante con la muerte
de su hijo más joven…
Yo asentí, abrazándola, susurrándole al oído que nunca contaría a nadie su secreto…
Yo asentí, abrazándola, susurrándole al oído que nunca contaría a nadie su secreto…
El siguiente, y último contacto con el mas allá que en este relato os voy a contar, me lo confesó una compañera de trabajo, en navidad, durante la cena de empresa. Veréis… cuando la ingesta masiva de bebidas alcohólicas hacía ya estragos (ojo, a ella más que a mí) produciendo entre las dos un intercambio de confidencias relacionadas con nuestras miserias laborales, le pregunté cómo había llegado a ocupar aquel puesto de trabajo. Entre hipos me contestó que se lo había conseguido su abuela.
La miré con desconcierto, a lo que ella reafirmó con la cabeza y sorbiendo como si fuese gaseosa, el alcohol que quedaba en su vaso, añadió:
- Si, fue ella, mi
abuela… ¿sabes?... siempre estuvimos muy unidas… hip… porque ¿sabes?... mi
madre murió siendo yo un bebe.... hip... y mi padre se volvió a casar… hip… con... hip…
la hermana gemela.... hip... la hermana gemela de la madrastra de Blancanieves…
porque… ¿sabes?... hay muchas de esas por aquí, fuera del cuento… hip…. por eso
mi abuela siempre me protegió… siempre… “hasta
después de muerta”… – allí me miró
de forma enigmática, me guiñó un ojo, se llenó el vaso de nuevo y con mirada
turbia y brillante prosiguió-.... pero chissss…. esto es super.top.secret… esto solo lo tienes que saber tu…que eres mi “compi”… – y me golpeó con su dedo índice el pecho - ….
si... hip...como te digo…hip… entrar en la empresa, fue cosa de mi abuela….
- ¿ Tu abuela conocía a algún pez gordo de
la empresa?
Con mi pregunta le
entró la risa tonta, tanto que se atragantó, tosió, y casi se cae de la silla.
Ya más tranquila, agregó:
- ... chiss... esto que te
voy a decir recuerda que es “super.top.secret”… no se
lo puedes repetir a nadie… primero porque nadie te va a creer, segundo porque
si te creen a ti, a mi me llamaran alucinada, y... hip… mucho me temo que no
querrán una alucinada en su empresa… así que me despedirían en la próxima reducción
de plantilla....hip... yo estare en el paro, pero tu sin una buena compañera
que te cubra las espaldas…
- Palabrita del niño Jesús
que no cuento nada de lo de tu abuela... – le dije chocando mi vaso contra el suyo, siguiéndole el cachondeo de lo que yo pensaba era una anécdota resultante
de la borrachera…
- Perfecto... chisssss… no lo tiene que saber
nadie… chissss… y mucho menos "diabla"... – dijo señalando a la responsable de recursos humanos, que
tras los últimos despidos y recortes salariales, de Diana, había pasado a conocerse
con aquel sobrenombre - … veras…. hip… aquí donde me ves aparentando ser una
mujer "10", pues...hip...hace unos años yo era una mujer
"menos10"… hip…si, créeme cielo, mi vida era una enorme hecatombe... llevaba
17 años sin trabajar, 17, metida siempre en casa…
cuidando a niños y marido… hasta que dejé de tenerlo… porque hizo un
desfalco en la aseguradora y desapareció de la noche al dia. Asi que con 43
años me encontré sin marido y con dos hijos a mi cargo, sin casa porque la tuve que vender para pagar el desfalco… ¡ sin abuela, que habia
muerto 2 años antes!... Ya ves el panorama…Empecé a buscar trabajado, pero sin
experiencia reciente, sin estudios actualizados...sin ningún enchufe del que echar
mano.... hip... a ver quién era el guapo que me contrataba a mi.... - apuró de
nuevo el vaso - … una noche valoraba la posibilidad del suicidio... si… a eso
llegó esta “chica10”… pero no tuve valor, por mis hijos ¿sabes?... en lugar de
tomarme toda la caja de somníferos, solo me tomé 2 pastillas... esa noche mi
abuela… hip... se me apareció en el sueño... a la noche siguiente lo mismo, y a
la otra también... hip... tú me dirás que eso es normal, que era producto de la
depresión y la añoranza que yo sentía de su protección… pero no... no… porque ademas de aparecerseme todas las noches en sueños, de dia sucedían cosas raras en casa: la vi un par de veces por el pasillo, yendo de mi habitación a la de los niños… en otra ocasión escuché su risa en la cocina... fui alli y solo pude ver a mi perro mirando hipnoticamente a un punto de la habitación, alegre y meneando el rabo... y otro dia, si, otro dia, no te lo vas a creer, la vi saliendo del piso, pero atravesando la puerta...blindada. - se enjuagó la boca con alcohol y añadió - ... pero lo de los sueños era muy gracioso, si, porque siempre se me aparecía
sentada en el sillón del lado de la chimenea, en su vieja casa del pueblo...
hip... sujetando un periódico,
concretamente... (y recalcó con energia) ... el “De-Tot” ! (periódico local donde solo hay anuncios
de todo tipo).
Viendo mi cara de estupefacción
se carcajeó de nuevo, y prosiguió.
- Imagínatelo... mi abuela que apenas sabía
leer y nunca había salido de su pueblo, mirando un periódico, y encima el ¡¡¡De-tot!!! … jajajaja… - afortunadamente la música de fondo estaba
tan alta que su carcajeo convulsivo paso casi inadvertido - …. pues eso, cielo…
hip… eso es lo que soñaba….
…. A la que llevábamos asi una semana, un lunes, si, era un lunes, al despertar empecé a
sentirme muy inquieta…. era como si alguien me estuviese avisando que algo importante iba a pasar... ¿pero qué podía ser? yo solo rezaba porque no fuese malo... veras, ocurrió al dejar los niños en el cole. Pasé de forma casual por delante de un kiosco… Lo vi, allí colgado en el expositor, ¡aquel dichoso periódico, el Detot!…. chica,
no sé qué ventolera me dio... hiiiiiip.... pero arramblé con él a la desesperada....
¿sabes?... yo nunca antes lo había comprado... ni nunca después lo he vuelto a
comprar... pero aquella mañana mi mano tuvo vida propia, compré el periódico y
eché a correr para casa como una bala, me senté en mi cama y dije en voz alta,
algo asi como… "a ver abuela, explícate mejor, porque no estoy segura de lo
que quieres decirme con tanta aparición”…. hip…, sí, eso le dije, a lo bruto...
si… ya te he dicho que yo por aquellos días andaba depresiva perdida... cerré
los ojos, abrí el periódico, a voleo… y a tientas señalé con el dedo un lugar
de la pagina… miré… y allí estaba… “ese” anuncio... escrito en letras bien
grandes: “Se necesita administrativa comercial”...hip…
¿sabes?... yo nunca había trabajado como administrativa, y mucho menos como
comercial… aunque sí como dependienta y contable…
antes de casarme… hip... aquel trabajo era imposible que fuese para mi, pero sentí que
algo, alguien, soplaba cerca de mi oreja… y ese soplo me armó de valor, o
desesperación, para marcar el nº de telf. del anuncio y pedir una cita… me dije que no podía pasarme nada malo,
como mucho perder el tiempo y hacer el ridículo… al dia siguiente "Diabla"
me entrevistó... noté su desprecio desde el primer instante en que entré por la
puerta… tenía claro que no me elegiría… por eso todavía no me explico por qué
me seleccionaron a mi entre tantas candidatas... si… ¡a mí!… y cómo después de tanto recorte y
escabechina, no he pasado todavía por el matadero... supongo que seguirá siendo
gracias a mi abuela... aunque no se me ha vuelto a aparecer, ni por el pasillo,
ni en sueños…y mucho menos con un periódico!.-
Calló… nos miramos, de hito
en hito. En silencio. Intentando adivinar qué pensaba la otra. Alguien pasó repartiendo copas con cava, varios comensales se levantaron del
asiento reclamando un brindis conjunto, para desear que el próximo año se
acabase la crisis, los despidos y las horas extras sin cobrar. Mi compañera y
yo nos chocamos las copas, pero no brindamos por ello... si no "por su abuela". Ella me guiñó
un ojo, diciéndome a lo bajín: “chisssss,
es super-top-secret”. Y apuramos de
golpe la copa, con una cómplice mirada.
A lo largo de mi vida
he ido descubriendo más secretos
parecidos (algunos mucho mas inquietantes). Ha sido a través de gente que lo calla durante años, hasta que por alguna circunstancia,
un día va y zzzasss, me lo cuentan. ¿ Será porque intuyen que yo también tengo algun secreto ??????
¿ Y tu? ¿Que piensas del Más Allá?
¿Mito o realidad?
¿Tienes algun secreto para contarme?
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