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Mostrando entradas de julio, 2012

RELATO 10: El perro de Nadie

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"Intercambiamos la mirada" Era una tarde de finales de verano, lloviznaba. Crucé el parque y me lancé a la calle adyacente, casi corriendo porque el semáforo estaba en rojo y había bastante tráfico. Fue al llegar a la acera contraria cuando sentí un leve roce en mi pierna que me hizo bajar la vista. Allí se encontraba él, cruzando al mismo tiempo, pegado a mi pierna. El me miró. Yo le miré, deteniendo los pasos, preocupada porque ambos nos adentrábamos en zona peligrosa y su vida corría peligro. Su vida y no la mía, porque él no era un ser humano como yo, si no simplemente un perro vagabundo. Afortunadamente su instinto de supervivencia le puso en alerta, dio media vuelta y se internó de nuevo en el parque. Por unos segundos me pregunté qué sería de él, pero solo fue una brevedad porque las prisas, los horarios, el siguiente semáforo ya en verde… en definitiva, el raciocinio, hicieron que reanudase mis pasos descartando el sentimentalismo. Él reapareció unos día

Relato 9: Desde la Bruna.

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... hundirse y nadar, con anchura y libertad. Adelita corre por el patio, alcanzando el lavadero. Lleva su tortuga en la mano y la suelta en el agua. Observa sus maniobras por unos minutos, deseando ser la tortuga para flotar, hundirse y nadar, con anchura y libertad. Luego, con ella en la mano, corre a lo largo del patio de nuevo, riendo, hasta alcanzar la gran higuera, debajo de ella se echa en el suelo. Allí ya tiene la tinaja vieja de latón preparada con agua. No suelta la tortuga  para hurgar entre las hierbas, hasta encontrar dos caracoles, de los pequeños y blancos. Los aplasta con otra piedra, dejándolos caer en la tinaja junto con la tortuga, que apenas si cabe porque es una gran y vieja tortuga, de las llamadas mediterráneas. A ella parece no parece preocuparle no poder nadar, porque va a lo suyo: directamente a los caracoles, que indefensos, sin el refugio de sus conchas, no tienen otra alternativa que dejarse devorar. Adelita no ve ningún mal en ello, es la ley d